El concepto de educación basada en competencias, surgió en la década de 1960 y su enfoque difiere de gran forma de los modelos tradicionales de aprendizaje utilizado en las aulas chilenas. Al trabajar por competencias los estudiantes son evaluados de acuerdo al dominio que poseen de las habilidades y resultados de aprendizaje que obtienen, esto justifica que se respeten y atiendan los diversos estilos y ritmos de aprendizaje presentes en las aulas.
Siguiendo la idea de generar oportunidades y abrir caminos en las aulas en las que el aprendizaje atraviese todo tipo de barreras, encuentra su participación e incidente el uso de las nuevas tecnologías, como una nueva modalidad de enseñanza, ya que permiten acceder a una gran cantidad de información
rápidamente en tiempo real, por lo que aparecen herramientas útiles para desarrollar el
proceso de enseñanza-aprendizaje, como la comunicación a través de diversas plataformas, blogs, chats,
videoconferencia, páginas web, bases de datos, aplicaciones,
entre muchas otras.
Esto supone una gran flexibilidad en los tiempos y espacios dedicados al
aprendizaje, en primera instancia por parte del profesor, quien deberá dedicar más tiempo del ya presupuestado a sus deberes, por ejemplo en la generación de los espacios didácticos que utilizará, la investigación y constante actualización de sus saberes a nivel tecnológico, en segunda instancia, por parte del alumno, ya que deberá trabajar con estas herramientas de forma autónoma, siendo el protagonista de su aprendizaje de forma responsable y comprometida.
Algunas de las ventajas que podemos apreciar en el uso de las nuevas
tecnologías para la formación educativa son (Canós, Ramón y Albaladejo, 2008):
- Acceso de los estudiantes a un abanico ilimitado de recursos educativos.
- Acceso rápido a una gran cantidad de información en tiempo real.
-Obtención rápida de resultados.
- Gran flexibilidad en los tiempos y espacios dedicados al aprendizaje.
- Adopción de métodos pedagógicos más innovadores, más interactivos y
adaptados para diferentes tipos de estudiantes.
- Interactividad entre el profesor, el alumno, la tecnología y los contenidos del
proceso de enseñanza-aprendizaje (Navarro y Alberdi, 2004).
- Mayor interacción entre estudiantes y profesores a través de las
videoconferencias, el correo electrónico e Internet.
- Colaboración mayor entre estudiantes, favoreciendo la aparición de grupos
de trabajo y de discusión.
Bibliografía utilizada para la redacción de este artículo:
CANÓS, L., RAMÓN, F. y ALBALADEJO, M. (2007). “El portafolio del profesor
y su aplicación en el nuevo Espacio Europeo de Educación superior como
instrumento para el desarrollo pedagógico”. II Congreso Internacional de Blogs y
Periodismo en la Red, Madrid.
CANÓS, L., RAMÓN, F. y ALBALADEJO, M. (2008). “Los roles docentes y
discentes ante las nuevas tecnologías y el proceso de convergencia europea”. V
Congreso Iberoamericano de Docencia Universitaria, Valencia.
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